El estrés es una sensación de incapacidad para lograr asumir los retos de la vida diaria debido a que tendemos a percibirlos como muy demandantes para las posibilidades de respuesta que presentamos en ese momento. Las consecuencias que trae consigo afectan a la persona a nivel psicológico, fisiológico y conductual. Esto se evidencia en la presencia de pensamientos autosaboteadores, negativos y futuristas que generan emociones incómodas y desagradables como la angustia, ansiedad, desesperanza, entre otras. Además de síntomas físicos como el dolor de cabeza, contracturas musculares, insomnio, falta de apetito o aumento de este, entre otros.
Como lo hemos podido experimentar a lo largo del año 2020 y lo que viene del 2021, el estrés ha pasado a estar más presente en nuestras vidas y con menores posibilidades de ser controlado, pues nos hemos dado cuenta que no tenemos el control de muchas cosas a nuestro alrededor. Pero no todo está perdido, pues existen maneras de aprender a manejar el estrés y prevenir su aparición. A continuación les comparto algunas estrategias para ambas situaciones.
Técnicas saludables para el manejo del estrés:
- Reconocer las cosas que no podemos cambiar: aceptar que existen cosas que no podemos controlar nos ayuda a dejarlas ir y no angustiarnos más por ellas, desgastando energía innecesaria.
- Evitar situaciones estresantes: es importante que reconozcamos qué eventos suelen causarnos estrés para así poder evitarlos y cuidar de nuestra salud mental.
- Hacer ejercicio: la práctica de actividad física diaria es la mejor manera de enfrentar el estrés, pues genera que el cerebro segregue sustancias químicas que le ayudan a estabilizarse y experimentar bienestar.
- Cambiar de perspectiva: El desarrollar una actitud positiva, reemplazando los pensamientos negativos por otros más esperanzadores nos ayudará a mantener una mejor actitud, lo cual impactará en nuestro desenvolvimiento diario.
- Realizar actividades que disfrutemos: el llevar a cabo este tipo de actividades nos permite desconectarnos de los quehaceres y/o deberes que forman parte de nuestra rutina y pueden llegar a envolvernos en una monotonía incómoda y enfermiza.
- Aprender a decir no: Muchas veces nuestro estrés aumenta por querer cumplir con todas las demandas de nuestro entorno; sin embargo, es importante que prioricemos nuestra salud y aprendamos a decir que no de forma asertiva cuando podemos hacerlo.
Ahora que ya sabemos cómo enfrentar el estrés, es importante conocer cómo poder prevenirlo si es que aún no me ha afectado. Aquí les comparto algunas estrategias:
- Mantener un equilibrio entre nuestras obligaciones y las actividades que disfrutamos. Si solo nos dedicamos a realizar trabajos agotadores que nos signifiquen tensión, nuestra mente terminará por colapsar. Es importante que nos demos tiempos de descanso y/o para realizar actividades que nos relajen y disfrutemos. No esperemos a caer en un estrés crónico para recién empezar con este importante hábito.
- Tener una buena organización: esta técnica nos permitirá anticiparnos con actividades pendientes y planificar nuestras semanas, lo que nos permitirá estar más tranquilos al saber que podremos cumplir con todo. Incluso podrás darte cuenta que tienes tiempos libres para realizar actividades de tu agrado.
- Comer alimentos saludables: muchas veces, por temas de tiempo y facilidad, postergamos nuestra alimentación o la cambiamos por comida rápida, la cual termina por intoxicarnos de ingredientes que nos desnutren, agotan y no nos aportan energía. Por ello, es importante que esta siempre se mantenga equilibrada y cuidada, pues nuestro cerebro necesita buenos y adecuados nutrientes para que trabaje correctamente y rinda.
- Dormir bien: sobre todo dormir lo suficiente es importante para que nuestro organismo logre descansar y regenerarse. Solo de esta manera podrá rendir adecuadamente al día siguiente y cumplir con todas las demandas que le haremos.
- Hacer deporte: nuevamente este hábito no sólo nos ayudará a disminuir el estrés, sino que nos ayudará a prevenirlo. Si realizamos actividad física con frecuencia y constancia, nuestro sistema inmunológico estará más fuerte y preparado para enfrentar situaciones estresantes. Asimismo, nuestro descanso y alimentación se dará de manera más adecuada también como consecuencia natural.
Ahora que conocemos más estrategias para enfrentar y prevenir el estrés ya no tenemos excusas para evitar experimentar esta terrible enfermedad, que si no la reconocemos a tiempo puede llegar a ser muy peligrosa.
Nuestra salud está en nuestras manos y solo depende de nosotros. Nadie podrá devolvértela si la pierdes, así que es momento de asumir su importancia y decidir hacer un cambio de hábitos.