Llegó el mes de marzo y junto a él un gran número de responsabilidades y, por qué no decirlo, estrés para los alumnos en edad escolar. Posiciones de los padres como: ahora concéntrate únicamente en el colegio, o esperemos los resultados del primer bimestre e incluso ni pienses en otras clases que no te matricularé en nada más hasta el próximo verano, son sólo algunas de las tantas que toman tanto el padre como la madre de familia, muchas veces no por un factor económico únicamente, sino por la falsa idea de que la música los desconcentrará y es más bien una piedra en el zapato en vez de algo positivo.
A pesar de vivir ya en el siglo XXI, era del conocimiento y boom de la tecnología, muchas escuelas siguen inmersas en la educación tradicional, aquella que no sólo «educa» en horario escolar, sino también aquella que deja una avalancha de tareas y proyectos que el alumno debe resolver durante la tarde y la noche, generando en él un evidente crecimiento de su nivel de estrés. Frente a ello, disciplinas como el deporte y la música son, en gran parte, la solución y complemento ideal en el proceso educativo del estudiante, quien encuentra en ellas, no sólo una oportunidad de crecimiento físico o artístico, sino también intelectual e incluso emocional.
Estudios recientes relacionados a la neurociencia demuestran que la música es la única actividad artística que potencia el uso de ambos hemisferios del cerebro, conectándolos de una manera tan brillante como si sucediera un gran espectáculo de fuegos artificiales dentro de él. Por esta brillante razón, se aconseja siempre el aprendizaje del canto o algún instrumento musical a fin de lograr la mejora de la concentración, reducción de la ansiedad -producto del estrés escolar-, el aumento del coeficiente intelectual, la estimulación de la memoria, entre otros.
Asimismo, está demostrado que aquellos alumnos que estudian música de manera extracurricular, obtienen mejores notas en cursos como Matemática y Lengua, lo cual es evidente, ya que el cerebro de un músico cuenta con mayor predisposición a concentrarse mejor y retener información por más tiempo. Estudiosos afirman que la música «se ha transformado en una herramienta potente para combatir el fracaso escolar». Por eso, ¿es lógico pensar que quitar la música es la mejor solución para lograr que el alumno se centre única y exclusivamente en las actividades escolares? ¿Acaso una buena organización no permitiría al alumno estudiar aquello que también potencia su desarrolla intelectual y emocional?
Ahora que ya empezó el colegio, den la oportunidad a sus hijos de recibir clases de música después del horario escolar. Si prima un buen nivel de organización, verán los resultados al término de sus evaluaciones finales y recuerden que, como padres, es mejor concentrarse en aquello que sí puede ser perjudicial para sus hijos como el celular, internet o videojuegos y no quitar aquello que propiciará su crecimiento. No hay mejor cosa que ver a un alumno feliz, con muy buenos resultados en el colegio y haciendo lo que más les gusta.
Los invitamos a ver una pequeña entrevista a Luciana Barahona, psicóloga de nuestra Escuela, quien nos habla acerca del tema.