Redacción: Luciana Barahona
Es posible que hayamos escuchado mucho acerca del “amor propio” a lo largo de esta etapa de cuarentena. Tal vez en artículos, entrevistas y/o comerciales. A partir de ello considero oportuno poder indagar un poco más respecto a este tema e identificar por qué justo en esta etapa sale a relucir con tanto protagonismo.
En primer lugar, es importante reconocer que el amor propio hace referencia a lo que comúnmente conocemos como “Autoestima”. Este constructo, según Rosenberg, se entiende como el sentimiento hacia uno mismo, el cual puede ser positivo o negativo y se construye a partir de una valoración de las propias características. Su función principalmente se encuentra relacionada con el hecho de permitirle a la persona enfrentar mejor los desafíos de la vida, ser más independiente, manejar mejor los conflictos, resistir a presiones negativas y tener buenas relaciones interpersonales.
Por lo anteriormente descrito, se puede reconocer su gran impacto en la vida diaria de las personas y su importancia. Sin embargo, resulta relevante también comprender que esta tiende a verse afectada de forma negativa y directa por factores actuales como los medios de comunicación, los cuales han establecido modelos ideales e irreales de apariencia física, moda, y estilos de vida que han generado una tendencia a la comparación y anhelo por parte de los lectores y/o seguidores.
Pese a ello, algo ha pasado durante este aislamiento. Más allá del efecto emocional que ha podido generar en todos y el desbalance económico, esta situación ha permitido que se genere una disminución en la carga emocional que a muchos les significaban algunas demandas sociales como, el vestirse a la moda, maquillarse, mantenerse en forma, ir a lugares populares, entre otros. Esto hoy en día ha pasado a un tercer plano, priorizándose aspectos que realmente lo ameritan como la salud mental, la educación y la dinámica familiar.
A partir de ello, resulta interesante la posibilidad de poder cambiar nuestra perspectiva respecto a esta situación, permitiéndonos asumirla como una oportunidad para poder reconocer cómo nos sentimos con nuestro cuerpo, nuestra forma de ser, nuestro estilo de vida, dinámica familiar, alimentación, metas de vida y salud mental. Porque parece que al fin, a pesar de todo lo negativo que ha traído consigo esta pandemia, algo permitió que el mundo parase para darnos tiempo de reflexionar sobre nosotros mismos y nos prioricemos, pues nadie tiene la vida comprada y hoy más que nunca debemos aprender a disfrutarla.
Pero parece no ser tan sencillo, pues toda esta situación nos ha generado tensión, miedo y angustia como para intentar hacer algún cambio más en nosotros. Sin embargo, podemos ir paso a paso y aquí les comparto algunas recomendaciones para potenciar nuestra autoestima:
- No te enfoques solo en las cosas que te disgustan de ti. Observa también aquello que te agrada y pon más atención a estas.
- Se realista. Mira qué puntos de tu imagen corporal puedes cambiar y cuáles no. Piensa que no existen las personas perfectas y que tú debes aprender a aceptar las imperfecciones de tu cuerpo porque eso es lo que te hace único y original. Tampoco existen vidas perfectas.
- Establece objetivos a corto, mediano y largo plazo. Crea metas que sean reales y fáciles de lograr para mantener la motivación. Si es necesario apóyate en especialistas.
- No te autocritiques. Focaliza tu atención en aquellos aspectos que son únicos e interesantes para evitar disminuir tu autoestima.
Finalmente, es importante reconocer que la familia asume un rol protagónico en el desarrollo de la autoestima, por ello debemos hacer lo posible por ser empáticos con los demás y dar mensajes positivos y que le aporten al otro.
Referencias bibliográficas: